jueves, 24 de enero de 2013

A MODO DE PRESENTACIÓN


Los años pueden hacernos más viejos o más sabios. La prueba de que no solo aumentan las arrugas y el número de canas que nos adornan, es que cambia nuestra forma de ver las cosas. Nos hacemos más flexibles, más permeables, despojándonos de ciertas ideas de la misma manera que las serpientes se desprenden de la piel que les aprieta. Las dejamos enganchadas en algún arbusto espinoso con el que hemos tropezado, y ahí, ajadas e inútiles, quedan esas ideas que en su momento creímos vitales.

   Ya solo estoy seguro (y con ciertas reservas) de lo que siento. Sin guión establecido iré compartiendo en este blog lo que hago, mis obras, cada una única, por la sencilla razón de que hoy no diré lo mismo que mañana, porque hoy sé una cosa y mañana sabré algo distinto.

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